El otro día fui a una charla del pediatra Carlos González, en esta ocasión hablaba de alimentación infantil, pero da igual de lo que hable, escuchar a este hombre es estupendo siempre.
Es maravilloso ver a un pediatra afirmando cosas como que debemos confiar en nuestros hijos a la hora de educarlos y darles libertad de elección: si quieren comer o no, si quieren tomar pecho más tiempo del socialmente establecido o no, de si quieren dormir solos o no…
Es maravilloso ver a un experto que dice cosas en contra de los expertos.
Hablando de expertos, Carlos González explicó la cantidad de expertos que ya son “poco expertos”, debido al periodo tan enorme que pasa desde que un estudio científico se demuestra, se publica, se actualizan los libros dirigidos a los médicos, el médico decide comprárselo, en la facultad cambian el libro de estudio, se licencian nuevos médicos con los nuevos conocimientos adquiridos…a veces hay “lapsus” de hasta 20 años.
Por eso, si alguna madre tiene la suerte de que su pediatra se ha preocupado en comprarse el último libro (carísimo por cierto) y además se lo ha estudiado, es probable que le recomiende lactancia materna en exclusiva hasta los seis meses y junto con otros alimentos hasta por lo menos dos años.
Sin embargo si tienes mala suerte, te puede tocar un pediatra que te recomienda cereales a los 4 meses (harina, le llama C. González), o quitar el pecho porque tienes leche “aguada” o cosas así.
En la charla, Carlos González se explayó hablando de lactancia materna, ya que es un tema que conoce hasta el más mínimo detalle, eso me lo esperaba, de hecho tiene dos libros que hablan de eso; pero también estuvo comentado la necesidad que tenemos las madres de que algún “experto” nos de recetas exactas para alimentar a nuestros hijos.
Necesitamos saber el orden de introducción de los alimentos, las horas de comidas, cuánta verdura deben comer, cuánta vitamina C, etc. y viendo gráficas de alimentación/peso de niños perfectamente sanos, se puede comprobar que pueden haber niños con altura y peso similar que comen más del triple que otros niños. Y todos perfectamente sanos. Simplemente hay niños que necesitan menos “gasolina”, se puede entender que aprovechan mejor la comida y además salen más baratos
También necesitamos que nos expliquen por qué no quieren comer verdura, por qué no les gusta la fruta, por qué sólo quieren comer macarrones y croquetas, ¿será que nos quieren tomar el pelo??? La explicación de Carlos González es muy sencilla: los niños tienen el estómago pequeño y el instinto enorme, lo que les hace preferir alimentos calóricos como pasta, patatas, flanes, yogures, arroz, etc. porque si se llenan el estómago de verdura, ya no les cabe el resto y no se alimentan bien.
Este tema daría para libros enteros, de hecho hay muchísimos libros al respecto, pero la conclusión a la que llega Carlos González es que los niños son muy listos, a veces mucho más listos que nosotros. Y la verdad es que yo comparto totalmente su opinión.
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