Dice Rosa Jové en su libro Ni Rabietas Ni Conflictos, que lo que valoramos en los adultos lo censuramos en los niños, osea que tenemos diferente rasero para medir el comportamiento en los adultos que en los niños.
Puede parecer paradójico pero es así y si nos paramos a pensar seguro que nos damos cuenta.
Seguramente todos nosotros soñamos con que nuestros hijos sean adultos valientes, que sepan tomar sus propias decisiones, que tengan espíritu crítico y capacidad de análisis, que sepan mantenerse firmes en sus creencias a pesar de las oposiciones…
Sin embargo, queremos que nuestros hijos sean sumisos, que obedezcan lo que les pedimos sin rechistar, que no nos pidean explicaciones ni repliquen a lo que les ordenamos; no nos gustan los niños tozudos y no admitimos que se pongan pesados con sus peticiones.
¿De verdad pensamos que los niños criados en el “aquí mando yo” se convierten en adultos con capacidad de liderazgo? Yo no lo creo…
Yo no quiero que mis hijas sean sumisas, ni ahora conmigo ni en el futuro con sus parejas, ni con sus jefes. Los NO de ahora son los precursores de los NO del futuro y yo quiero que mis hijas sean capaces de decir NO cuando quieran hacerlo: no quiero droga, no quiero acostarme contigo, no quiero hacer eso…
Por pequeños que sean nuestros hijos seguro que podemos ir enseñándoles a tomar decisiones…¿cómo? pues ¡decidiendo cosas! y no vale dejarle decidir el cuento para leer por la noche, estoy hablando de decisiones que impliquen responsabilidad.
Además, cuando los niños se implican en las normas y toman sus propias decisiones, también aprenden a equivocarse y a asumir sus errores. Por ejemplo, si mi hija mayor decide ponerse un pantalón de chándal con unos zapatitos de charol tendrá que aguantar las miradas raras de la gente o las risas 🙂
¿Y vosotros dejáis a vuestros hijos tomar sus propias decisiones?
Pienso que a veces se confunden los términos. Se supone que ser líder es lo mejor, tener muy claro lo que queremos y no dejarnos vencer por las opiniones de los demás…, pues una cosa que esté bien, porque esto está muy cerca de ser un déspota, un egocéntrico y alguién que no tiene en cuenta los demás puntos de vista, y los sentimientos de los demás. Es maravilloso que nuestros hijos tengan una fuerte personalidad, pero esto no está reñido con los límites y el respeto. Por poner un ejemplo, si un niño no quiere venirse del parque, podemos hablar, o dejarle 5 minutos más o llegar a un acuerdo (aun con niños muy pequeños), pero si quiere un huevo de chocolate en lugar del arroz, pues no hay discusión posible, o si le apetece tirar los juguetes por la ventana…. Digo esto porque Rosa Jové es muy de dejar que el niño haga lo que quiera para evitar conflictos…
Claro Isa,
es que yo no digo que no se deban poner normas de convivencia o límites o como lo queremos llamar.
Sin embargo si opino que los niños deberían poder decidir muchas más cosas de lo que deciden y luego, atenerse a las consecuencias de sus decisiones para aprender precisamente a ser personas responsables.
Yo considero que hay que tener los conflictos que sean necesarios…pero no más y a veces los padres nos enrocamos en cada cosa que realmente no es importante.
En cualquier caso, Rosa Jové no me parece que sea una persona que aconseje dejar hacer lo que sea para evitar conflictos…si que suele recomendar el diálogo y el razonamiento, eso si.
Un abrazo y muchas gracias por tu comentario!
Hola pilar! Me encanta tu blog, lo leo mucho!! El caso es q te escribí un comentario pero no lo encuentro, no sé si es q no lo llegué a mandar o es q no lo encuentro :/
Hola Carolina,
mmm voy a buscar tu comentario en el spam por si acaso ¿ok? es que instalé un antispam muy fuerte porque me tenían frita! 🙂
Ay Carolina…no lo encuentro en la carpeta de spam…lo siento muchísimo…