Hoy cuento con Susana Solé como autora invitada en el blog. Ella es una verdadera experta en resolución de conflictos familiares y es autora de la página web “Soluciones Creativas para Madres con Hijos Adolescentes“. Así se presenta ella misma:
Mi nombre es Susanna Solé. Soy una mujer vivaracha, enérgica y curiosa que estoy en constante movimiento para conocer cosas nuevas.
Mi gran reto es ayudar a personas a salir de situaciones que les dificultan tener una vida plena y feliz. Huyo de las etiquetas, sobre todo las psicológicas, para centrarme en la historia personal de cada mujer ya que nuestras vivencias nos determinan quién somos y cómo somos.
Mi objetivo es ayudar a madres a resolver conflictos con sus hijos adolescentes, poder hablar con ellos sin acabar discutiendo, a entender mejor las actitudes de sus hijos para recuperar la armonía familiar y dejar de sentir angustia.
Para ello aprendo todos los días de maestros y profesores, caminantes, buscadores y descubridores, escritos e imágenes, personas de diferentes ámbitos, amig@s, familia y mi de compañero de viaje. Cada uno de ellos, a su manera, me regalan trocitos de sabiduría para construir lo que yo llamo mi caja de herramientas. En ella tengo instrumentos tan útiles como el Coaching, la Psicología, la Programación Neuro-Lingüística (PNL), la Mediación y/o las Técnicas de Liberación Emocional (Tapping o EFT).
La etapa del NO infantil
Seguro que con sólo leer el título ya sabes de qué te estoy hablando.
Hay un momento en la vida de nuestros hijos en la que tenemos la sensación de que dejan de ser niños amorosos y adorables para convertirse en poco menos que tiranos, que nos llevan la contraria todo el día.
Entre los 24 y los 36 meses los niños experimentan una etapa en la que su respuesta a todo es “no”. No importa la naturaleza de la tarea. Da igual que le pidamos hacer un puzzle o ponerse la chaqueta, su respuesta va a ser “no”. Es un periodo complicado para los padres ya que dificultan y ralentizan las tareas del día a día. Así que podemos llegar a perder la paciencia en un momento determinado cuando observamos a nuestro hijo disfrutar diciendo “no” a abrocharse el cinturón de la silla del auto cuando tenemos detrás una fila de coches esperando a que salgamos.
Conocer la razón de este comportamiento nos puede dar el temple necesario y las herramientas para actuar durante este proceso. Porque al final, no es más que una etapa natural de crecimiento en la que tenemos que actuar con cautela, ya que nuestro comportamiento puede entorpecer, incluso frenar su desarrollo normal y esto puede comportar consecuencias negativas.
“La etapa del no infantil” se produce cuando el niño empieza a sentirse autónomo y quiere empezar a tomar decisiones por él mismo. El uso del “no” es la manera de poner espacio entre sus padres y él y sentir que puede actuar de forma independiente.
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El uso del “no” es la manera de poner espacio entre sus padres y él y sentir que puede actuar de forma independiente
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A esta etapa también se le llama “adolescencia prematura infantil” ya que los niños, tienen una actitud obstinada más característica de los adolescentes, que de los niños.
Para sobrellevar esta situación, lo mejor es hacernos con una gran dosis de paciencia y trucos de magia, de esos que hacemos los padres cuando las cosas se complican, ya que los castigos,lejos de ser efectivos, lo que hacen es empeorar la situación y convertir una transición normal,en un periodo prolongado de rabietas.
Si cada vez que nuestro hijo dice “no”, iniciamos una batalla para conseguir nuestro propósito,y de paso dejar claro quién manda aquí, implícitamente le estamos diciendo que no puede pasar al siguiente nivel de su evolución. Es decir, no le estamos diciendo que se tiene que poner la chaqueta y punto, sino que le estamos diciendo que su opinión no cuenta, que no puede decidir por sí mismo y le “invitamos” a ser un niño sumiso.
Ahora que sabes que tu hijo lo que está reclamando es autonomía y que es un proceso positivo y normal de su desarrollo, puedes implementar algunas tácticas en vuestro día a día para no dejar espacio a momentos de crispación.
Te puede ayudar dar opciones, si las hay, para que decida él. Así disfrutará de esa sensación de “salirse con la suya”, que ahora tanto le gusta. Él contento por poder decidir y tú también.
En el caso de que no haya opciones, vas a tener que hacer alarde de tus dotes fantásticas y convertir la situación en un juego para ir guiando poco a poco al pequeño hacia lo que tiene que hacer.
Seguramente ya habrás comprobado que intentar convencer u obligar a que lleve a cabo una tarea, no funciona, así que puedes ir haciendo probando diferentes maneras para ver cuál es la que mejor funciona con tu hijo.
Para terminar, tengo una buena noticia para ti: Ésta etapa tocará su fin, cuando tu pequeño sienta que puede hacer uso de su autonomía con cierta libertad.
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