Hoy te traigo una colaboradora de lujo: Mónica Serrano.
Mónica Serrano es Psicóloga Infantil, Especialista Psicóloga Perinatal, especialista en maternidad, la crianza con apego y en acompañamiento durante la maternidad. Para un asesoramiento más amplio, podéis contactar con ella escribiendo a psicologa@bambulah.es Puedes ver los servicios de asesoramiento que ofrece aquí y puedes leer sus artículos en el blog www.psicologiaycrianza.com.
Co-directora del Programa de formación Ni Putas, Ni Princesas que capacita a madres y profesionales para criar y educar futuras mujeres libres y empoderadas.
Ahora se encuentra organizando la formación online: Acompañamiento del desarrollo emocional en primera infancia dirigida a padres, madres y educadores, en la que se pretende potenciar la felicidad y el bienestar de los niños.
Consolar sin negar
Cuando nuestros hijos lloran porque se han frustrado, están tristes ante una pérdida, sienten celos de su hermano o se enfadan porque no pueden conseguir lo que quieren, están experimentando emociones relacionadas con el malestar.
Esas emociones, al igual que la alegría, el entusiasmo o el amor, forman parte de ellos y de todos nosotros.
Sin embargo, a nosotras, las madres, nos suele resultar muy complicado aceptar las emociones relacionadas con el malestar en nuestros hijos. Y es normal. No queremos que nuestros hijos sufran. No queremos que experimenten malestar.
Por ello, muchas veces tratamos de reducir su malestar rápidamente y, para ello, minimizamos el valor de su emoción, a veces hasta el punto de negarlo. Así es la manera que tenemos de intentar consolar.
Así, caemos fácilmente en el “no pasa nada”, “no te preocupes”, “no es para tanto”, “enseguida se te pasa”… Fórmulas bienintencionadas que pueden aliviar al niño a corto plazo pero que, a la larga, lo dejan indefenso.
Lo dejan indefenso porque no le permiten desarrollar habilidades de gestión emocional, pues se le transmite que las emociones relacionadas con el malestar no tienen valor y deben evitarse o negarse.
Ante estas emociones relacionadas con el displacer, los niños necesitan consuelo, pero un consuelo validador que no niegue la emoción.
Así, en vez de consolar desde la negación, debemos consolar desde la aceptación y el acompañamiento. Frases como “comprendo que te sientas mal”, “estoy aquí si me necesitas”, “entiendo que es muy fastidioso que…” constituyen un consuelo validante.
Si acompañamos la emoción sin juzgarla, estaremos permitiendo que dicha emoción fluya, que el niño acepte con armonía su propio malestar y lo supere sin negarlo.
Si deseas formarte en desarrollo emocional infantil y capacitarte para acompañar a tus hijos en sus diversos estados emocionales, potenciando la adecuada gestión emocional, la felicidad y el bienestar, te recomiendo la formación que la psicóloga Mónica Serrano ofrece ONLINE los días sábado 21 de febrero y 7 de marzo de 10 a 14 h (horario de Madrid).
Para más información pulsa el siguiente enlace: Formación Online “Acompañamiento del desarrollo emocional de la primera infancia” o escribe a psicologa@bambulah.es
Cada día me doy cuenta de lo importantes que son las palabras, con ellas es con lo que construimos el mundo
Totalmente de acuerdo Cristina!
además…los niños no saben cuál es la realidad, tienen que aprenderla. Y la aprenden en función de las palabras que sus padres les dicen.
Un abrazo enorme!