¡Por fin han llegado las vacaciones!
Los niños llevan esperando el verano todo el año, después de los madrugones, las horas de clases, las extraescolares, los deberes, los exámenes, por fin llega la hora del descanso…¿o no? porque algunos niños que reciben suspensos van a pasar todo el verano entre libros, profesores particulares, academias, horarios de clases y refuerzo.
Yo creo que todos los niños tienen derecho a descansar, aunque sus notas no hayan sido todo lo buenas que nos hubiera gustado, pero como no soy experta en el tema, he decidido preguntar a varias expertas para que nos aclaren la cuestión.
La pregunta era sencilla “¿Que debe hacer en verano un niño que ha suspendido?” y estas han sido sus respuestas:
¿Que debe hacer en verano un niño que ha suspendido?
Mireia Long (Pedagogía Blanca)
Estar de vacaciones. Has dicho un niño. No hay nada más que pueda añadir.
Equipo Renovatio (Mayte F. Lurbe, Pilar Jiménez y Cristina Núñez)
El verano es para relajarse y recargar pilas, también para un niño que ha suspendido.
Lo mejor sería acompañarle y observar cuáles son sus intereses, y hablar mucho con él para saber qué ha podido pasar para llevarse el suspenso.
No hace falta machacarlo a deberes de repaso, que son los mismos que ha estado haciendo durante el curso y ya hemos comprobado que a él no le sirven para aprender lo que se supone que debería.
Quizá este niño aprende mejor a través de juegos manipulativos, o a través del movimiento, o simplemente se siente tan estresado en el ambiente escolar que estar en un ambiente distendido y relajado es lo que necesita.
En resumidas cuentas: que se relaje y que juegue todo lo que pueda, que aproveche para visitar museos, otras ciudades, hablar mucho con la familia y los amigos.
Carolina García (Abre los ojos)
El verano según como se valore puede ser corto o largo , depende para qué.
Aquellos niños que llegado el día de recogida de notas , vemos que han suspendido, lo que recomiendo a su familia para el verano es principalmente, que aprovechen ese tiempo sobre todo para reflexionar e indagar porque suspende su hijo/a.
Hablar de suspenso, es algo muy muy amplio y el suspenso es como la fiebre, solo la consecuencia de algo , pero no siempre se explica igual porque cada niño es diferente.
- Las preguntas que deben hacerse un poco los padres para ayudarles en esa reflexión y evaluación son las siguientes:
- Que edad tiene su hijo? Es el primer año que suspende?
- Ha ido suspendiendo a lo largo del curso o todo ocurrió en el ultimo momento o trimestre?
- El suspenso es de una o dos asignaturas o por el contrario suspendió la mayoría de estas?
- Se le ofreció ayuda al chico/ca durante el curso escolar?
- Que tipo de ayuda se le ofreció?
Todo esto es mas importante conocerlo que el ofrecer clases de apoyo sin mas.
Una vez que sepamos responder a estas cuestiones bien por nosotros mismos o por un profesional, si podremos ofrecer la ayuda concreta que necesite el niño/a.
Lo que no recomendaría en ningún caso es : pasar a clases de apoyo sin mas, en grupos grandes, con la misma intensidad y ritmo que durante el curso escolar.
Sobre todo recomiendo a los padres que afronten la recogida de notas con serenidad, que hablen y se comuniquen con sus hijos, que escuchen sus motivos, sus dificultades diarias en el entorno escolar, que les pregunten a sus hijos como están ellos y como lo valoran
Y por supuesto los niños en verano deben aprovechar para moverse, disfrutar de entornos naturales, viajes, familias, amigos y recuperar esa tranquilidad que no hayan tenido durante el curso.
En el caso que les propongamos actividades , estas deben ser motivantes, agradables, divertidas, donde se pueda trabajar con ellos la planificación, la dedicación, la constancia, la organización,etc… Porque todo esto si les servirá muchísimo mas en su vida y en sus estudios en general.
Y por supuesto decir a las familias que afronten la recogida de notas con tranquilidad, sin agobios, sin perder los nervios.No debemos agredir a nuestros hijos de ninguna forma, no debemos intimidarlos ni violentarlos, todo lo contrario, que reflexionen y valoren las familias quienes son realmente los responsables de ese resultado , su hijo seguro que no .
Educar en Calma (Ely)
Llega el verano, las vacaciones, las notas y ¡¡agg!! ¡Un suspenso! Tranquilos, que no cunda el pánico!
Todo va a depender del curso en el que se encuentre el niño (no es igual primaria que bachillerato) y los motivos por los que esa asignatura se ha suspendido: desmotivación, dificultad que no se ha podido llevar, un mal día en el examen final…
Sea como sea, tendríamos que hablar tanto con nuestro hijo para saber qué ha pasado como con el profesor para que nos asesore de los pasos adecuados a seguir y cómo conseguir aprobar la asignatura (a veces entregando unas actividades o leyendo un libro es suficiente mientras que otras tendremos que enfrentarnos a un examen).
Personalmente creo que todos necesitamos desconectar durante unos días, disfrutar sin “pasear” el libro por la playa, piscina, casa de los abuelos, etc.
Según la situación que tengamos, tendremos que empezar a trabajar un ratito al día desde finales de julio o finales de agosto. Cada caso es distinto y habría que ver cómo ser eficaces para resolver el problema. No consiste en que le cojan más manía a esa asignatura, consiste en que superen la dificultad.
También mencionar un caso real que tuve muy cerca: unos padres veían que su hijo trabajaba muchísimo, madrugaba durante todo el año para estudiar y repasar sus “controles”, le ponía empeño pero suspendía o no sacaba las notas que esperaba. En tercero de primaria lo vieron muy agobiado y, cuando llegó el final de curso, hablaron con el equipo docente y vieron que el chico no tenía problemas de aprendizaje sino falta de madurez que le hacía ir siempre “con la lengua fuera”. Acordaron que repetiría el curso y, desde entonces, no ha tenido ningún problema, ni en los cursos superiores. Un año, en la vida de una persona no es nada, ¡imagina en la de un niño! Hoy es abogado, con un expediente académico brillante ?
Para aprender hay que disfrutar, no lo olvidemos nunca.
Mercedes Flores (Flores de Papel)
Cuando hacéis estas preguntas aumentáis mi conflicto interior como profesora. Algo huele a podrido, sin duda, en el sistema educativo. Un niño, cualquier niño, necesita sus vacaciones.
Todo un verano estudiando o haciendo tareas, incluso si es solo a media jornada (hay padres que te lo justifican diciendo que el niño solo va a una academia hasta las 12 y luego tiene tiempo de ir a la playa) solo sirve para que en septiembre el niño esté agotado y desmotivado. Si los currículos fuesen más flexibles, podríamos dejar de hablar de calificaciones para hablar de progresos.
Si un niño progresa poco en un área de conocimiento, debe retomar donde lo dejó, en lugar de hacer un esfuerzo titánico por lograr superar él solo o con ayuda de un profe particular lo que no pudo hacer en el curso.
¿Con qué derecho pides a un niño en septiembre que se esfuerce por superarse, que disfrute su aprendizaje, si no ha podido descansar? Es más, ¿qué pensaría un adulto si su jefe le dijera que como este año no ha rendido lo esperado no puede tomarse las vacaciones estipuladas por ley?
Por desgracia, los pobres niños no tienen sindicatos.
Nuestro nuevo sistema de información es bueno ponerlo en práctica cuando leemos estos artículos y notamos que se identifica con el problema del hijo de una amiga, agradecida de antemano.