¿Cuántas veces hemos escuchado la famosa frase “hay que compartir”?
Como una orden y una obligación que no admite réplica.
Es una situación muy común, estamos en el parque con nuestro hijo, llevamos algunos juguetes para que la tarde sea más divertida y se repente otros niños desean los juguetes que tiene nuestro pequeño (cosa lógica y normal porque la novedad siempre mola más).
Entonces nuestro hijo sujeta fuerte sus juguetes y dice “¡No!” y el otro niño dice “hay que compartir”.
Porque lo ha escuchado hasta la saciedad, porque es una frase que repetimos sin pensar a todas horas y ya se le queda grabada en el cerebro para siempre .
Y ahí es cuando llega la presión social que podemos sufrir los adultos, para no salirnos de lo establecido y para respetar los deseos de nuestros hijos por encima de eso.
Pero un momento…¿de verdad hay que compartir?
Para empezar, nosotros los adultos no lo compartimos todo.
Depende de lo que me pidas te lo voy a dejar o no…si me pides el coche y no te conozco de nada seguramente te diré que no (y además pensaré que estás loco). Si eres de mi familia y me pides prestado el coche, seguro que te lo dejo si puedo.
Si me pides la cartilla del banco o las llaves de mi casa, probablemente te diga que no aunque seas de mi familia.
Si me pides un bocado de lo que estoy comiendo, si no te conozco saldré corriendo, pero si te conozco, aunque no seamos muy amigos te voy a ofrecer de mi comida.
¿Entonces los niños por qué deben compartir sus objetos más preciados (sus juguetes) con desconocidos?
¿Les exigimos un comportamiento más cívico que el que nosotros mismos estamos dispuestos a dar? estoy segura de ello.
¿Entonces es mejor obligar o no?
Hombre, si has llegado hasta aquí y has leído alguna vez este blog es muy probable que ya sepas la respuesta: No.
Obligar a hacer algo suele ser contraproducente y generalmente lo que obtienes es el efecto contrario (todavía quieren compartir menos).
Pero es que además, no es muy respetuoso que digamos.
¿Qué nos parecería a nosotros que nos obligaran a prestar nuestra cartera al primer desconocido que nos la pide? Una locura ¿verdad? pues con ellos es lo mismo.
El problema principal que yo veo, es que cuando nuestros hijos se niegan a compartir sus cosas, suelen necesitar nuestra ayuda porque a veces los otros niños intentan quitarles los juguetes a la fuerza o incluso otros adultos intentan obligarles a compartir.
Entonces es cuando nosotros tenemos que explicar al resto del mundo que los juguetes son suyos y que si le apetece, cuando le apetezca, los prestará, pero no antes.
¿Y si es nuestro hijo el que quiere los juguetes de otros?
Igual que no obligamos a nuestro hijo a compartir, no podemos obligar al resto, así que debemos explicarle que los juguetes son del otro niño y los compartirá si quiere, cuando quiera.
Esto enseña muchas cosas:
- respeto por las necesidades propias y ajenas
- paciencia para esperar por los juguetes
- estrategias de negociación (¿si yo te presto el mío me dejas el tuyo?)
- aprender a jugar juntos (si juntamos los juguetes, ganamos todos)
¿Algún día mi hijo querrá compartir sus cosas?
Probablemente si tu hijo ve que cuando comparte sus juguetes tiene más posibilidades de que le dejen otros y se ha sentido respetado en sus necesidades, llegará un momento en el que por iniciativa propia compartirá sus cosas con sus amigos.
¿Con niños extraños? eso ya no lo se, porque dependerá del carácter del niño pero podría ser que también fuera generoso en ese sentido.
Pero si no los comparte tampoco pasa nada ¿no? simplemente nuestro hijo es cuidadoso con sus cosas y ya está.
Más que nada, somos nosotros sus padres, los que debemos superar la presión social de obligar a nuestros hijos a compartir y asumir que “nuestro hijo es el único del parque que no comparte”. Pues vale…quizás si a los demás niños no les obligaran, tampoco compartirían.
Y en cualquier caso, nuestro hijo aprende que siempre vamos a respetar sus opiniones y no le vamos a forzar a hacer algo que no quiere, que en mi opinión, es mucho más importante que le enseñemos a compartir para tener un comportamiento socialmente aceptado.
¿Qué opinas? ¿debemos obligar a nuestros hijos a compartir sus cosas con otros niños?
¡Totalmente de acuerdo con los comentarios de este post!
A pesar de que no podemos obligar a ninguno de nuestros hijos a compartir ninguna de sus pertenencias, si es cierto que los juguetes sirven para aprender muchos valores, más allá del entretenimiento. Y, entre todos ellos, encontramos la importancia de compartir.