En el Congreso Nacional de Lactancia Materna celebrado en Santiago de Compostela del 4 al 6 del pasado mes de abril, al que tuve la suerte de poder asistir junto con mi socia en EDULACTA Ruth giménez y con nuestra colaboradora Gema Cárcamo (Gemelos al cuadrado), pudimos ver una ponencia ofrecida por Esmeralda Santacruz Salas, profesora de la Universidad de Castilla la Mancha en la que estudió el coste sanitario de NO amamantar, o lo que es lo mismo, el ahorro sanitario que tendríamos si los bebés fueran amamantados en exclusiva.
No olvidemos que más del 90% de las madres quieren amamantar mientras están embarazadas, pero al llegar a casa menos del 79% está dando pecho en exclusiva y a los seis meses el dato no alcanza el 30% de madres que amamantan en exclusiva a sus hijos.
Podemos ver aquí el informe que realizó la Asociación Española de Pediatría sobre la situación de la lactancia materna en el mundo y en España.
En este informe queda de manifiesto que no hay un sistema de recogida de datos eficaz ni normalizado en España porque no separa entre la lactancia materna exclusiva y la mixta y el último dato que tenemos de lactancia materna exclusiva es de 2012 en el que se ve que en España tan sólo el 28,5% de los bebés de seis meses toma el pecho de manera exclusiva.
Sabiendo además que los niños que no toman lactancia materna en exclusiva tienen más probabilidad de sufrir infecciones (de vías altas, bronquilitis, otitis, etc.) diarrea, ingresos hospitalarios, etc. es evidente que el gasto sanitario va a ser mayor para estos niños.
Esta investigadora realizó el estudio en Toledo y extrapoló los datos al sistema nacional de salud con la conclusión de que si se consiguiera que el 50% de los niños de seis meses fueran amamantados en exclusiva, tendríamos un ahorro de 51 millones de euros cada año en el Sistema de Salud.
Este gran ahorro «se refieren solo a costes directos, de hospitalización, consultas de atención primaria, pruebas diagnósticas y fármacos, así como algunos productos sanitarios que también entran en la prescripción, como leches artificiales en el caso de pequeños alérgicos a la leche materna» según explicó Santacruz para el Diario La voz de Galicia.
Por tanto, no estamos teniendo en cuenta el gasto laboral de los acompañantes de estos bebés que no pueden acudir a su puesto de trabajo ni otros gastos indirectos.
Por ejemplo, en los ingresos hospitalarios es donde más se ven diferencias porque el 4,7% de los bebés ingresados toma lactancia materna exclusiva frente al 14,7% del resto de alimentación.
De esta forma se ha visto que no amamantar de forma exclusiva supone un aumento en el gasto sanitario de un 129% y esto confirma algo que yo repito constantemente: que la lactancia materna es una cuestión de salud pública.
Nuestro sistema de salud parece que no se da cuenta de esto, porque no para de hacer campañas para reducir el gasto farmacológico, hacer recortes en hospitales de materiales y personal y sin embargo no creo que de la importancia que merece a la lactancia materna
Y no olvidemos que las madres quieren amamantar, por tanto es responsabilidad nuestra, se los sanitarios, hacer todo lo que esté en nuestra mano para que lo consigan.
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