Hemos tenido dos años muy difíciles, 2020 fue un año que nadie olvidará y según creo, ha sido un año de inflexión en el mundo.
Esta pandemia nos ha hecho darnos cuenta de muchas cosas que dábamos por sentadas y en estas fiestas navideñas ha pegado bien fuerte.
Pensábamos que 2021 iba a ser un año normal, casi como si hubiéramos dejado la pandemia atrás, pero con el paso de los meses nos dimos cuenta de que todavía no habíamos terminado.
Hemos arrastrado diversos duelos, nos hemos tenido que adaptar a un mundo que nos mostró cómo puede cambiar todo en minutos, y económicamente el planeta no termina de recuperarse y nos ha dado batacazos que nos minan el entusiasmo.
Hay personas que desde noviembre querían (queríamos) llenar todo de navidad y existe el punto contrario, quienes ya están tan cansadas que si por ellas fuera hubieran encargado una pizza para pasar la Navidad encerradas hasta el 6 de enero.
Otras personas tenían muchos planes navideños que se han visto truncados por los positivos y aislamientos varios: nochebuena y nochevieja sin familia, sin salir al teatro o a la feria, anular la cabalgata de Reyes, etc.
Esto puede hacer que nos sintamos frustrados al terminar la Navidad, nos da la sensación de que ha sido tiempo perdido y ahora sabemos más que nunca, que el tiempo no vuelve atrás y que mejor hacer lo que quieres hacer cuanto antes, por si no tienes la oportunidad.
Entonces, si en tus vacaciones has estado aislada o simplemente sobrepasada como para tener una navidad de cuento ¿qué hacemos?
Mantenlo sencillo
Hay un cartel de Facebook que dice “la primera navidad fue muy sencilla, no te sientas mal si la tuya también lo es”.
En realidad no necesitamos tantos planes elaborados, ni estar de tiendas todo el día, ni comprar miles de cosas.
Si has podido estar con tu familia en Navidad, todos estáis bien de salud (covid mediante) y habéis descansado, ya sería mucho.
Fíjate en las cosas buenas
Hay temporadas que parece que no vemos la luz y esto cuesta hacerlo…además, hay personas que requieren más práctica que otras para mantener la actitud positiva, pero de vradad que vale la pena.
Te propongo un ejercicio, durante una semana cuenta lo bueno que hay en tu vida, por mínimo que sea, no significa que pierdas de vista los retos que tienes, pero si nos concentramos en los problemas los hacemos crecer.
Pueden ser cosas tan simples como amanecer, respirar, una mariposa en la ventana, un buen momento…
Hay una frase de Maya Angelou que nos puede servir “Toda tormenta se queda sin lluvia”, por mucho que nos parezca eterna una situación, finalmente llega el momento en que deja de llover, piensa en eso.
Disfruta la ilusión de tus hijos
Los niños son capaces de dar la vuelta a la situación más negativa e inverosímil y vale la pena hacer un esfuerzo por ellos.
Si no han tenido Navidad por los aislamientos ¡hagamos una en otra fecha! Todavía venden turrones, roscón de Reyes y se pueden ver películas en Netflix. Además ¿quién dijo que hay que quitar el árbol el 6 de enero? 🙂
Si no hemos podido ver a la familia, pensemos un viaje para visitarlos aunque ya no sea diciembre.
Han sido un par de años pesados y poco a poco parece que estamos viendo el final, por eso vale la pena adaptarnos, recuperar el tiempo y seguir adelante.
Y si necesitas ayuda, busca un profesional, habla con amigas, trátate con cariño y reúne energías para este 2022.
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Qué post tan bonito, espero que más personas puedan leerlo, ojalá que estas navidades sean mejores que las anteriores para todos y que podamos recargar las pilas navideñas.