Hoy tengo el placer de contar como invitada a Mónica Alvarez, ella es psicóloga infantil y con este artículo está intentando hacer una especie de investigación sobre temas de violencia contra las mamás. No es una violencia física, ni siquiera proviene de gente enferma o maltratadora.

Ella está investigando sobre las críticas sobre crianza como una forma de violencia, ya que casi nadie piensa que lo es, por lo que no le dan importancia…aunque estoy segura de que para la mamá que sufre las críticas, sí es importante.

Mónica es la autora del libro El Ombligo de Atenea, coautora del libro Las Voces Olvidadas y autora de los blogs Duelo Gestacional y Perinatal (que cuenta además con una comunidad sobre duelo) y El Hada de los Girasoles (con consejos para mejorar la salud financiera y emocional de la familia).

Aqui os dejo su artículo:


Este titulo surge a raíz de una conversación que tuve el otro día con una mamá partidaria también de la crianza natural (cosa que por aquí no abunda): lactancia prolongada, colecho…

Alucinada e indignada estoy, no sabía que pudiera haber gente tan dañina y tan tóxica.

Bueno, si lo sé, todos sabemos que hay gente mala, pero impacta un montón cuando alguien te lo cuenta en primera persona, que le ha pasado a ella y que se lo han dicho así, tan ricamente, y han seguido mascando su chicle y haciendo sus cosas como si no pasara nada.

A mi amiga, por su hijo que ahora tiene tres años, le han llegado a decir:

– ¿Teta? ¿Duerme en tu cama? ¡¡¡Ayyyy!!! Luego la gente se extraña de que el marido se busque a otra…

Aquí su hijo tenía 1 año solamente. Ahora se ríe, pero la llorera que se pegó en casa, con su marido asegurándole que él no se iba a ir con nadie más porque el niño durmiera con ellos, fue monumental.

Y porque a su hijo no le gustan los espacios con mucha gente, o las reuniones sociales (anda que no son pesados muchos adultos en cuanto ven un bebé o un niño muy pequeño) le llegaron a decir que dejase ya de darle teta porque “lo que está es amariconado”. Sin comentarios sobre la frasecita.

Y yo me pregunto, ¿qué pasa en nuestra sociedad? ¿Es que te conviertes en madre y te sale un cartel en la espalda que pone “Ya me puedes clavar el puñal”?

Es que no lo entiendo. Porque estas frases (y otras, seguro que entre todas podríamos escribir un libro) no están dichas por delicuentes o personas sin cultura ni educación, no. Son gente normal, de los que te encuentras en la panadería, en el autobús, en tu propia familia… Personas que sueltan por la boca lo primero que se les ocurre sin pensar en el daño que pueden hacer en el receptor. ¿O sí lo saben?

Vivimos en una cultura cuya máxima es “machaca al más débil”. Llevamos una pátina de civilización puesta así como por encima, pero en ocasiones, al ponernos delante a alguien vulnerable, saliera afuera de nosotros el psicópata que todos llevamos dentro y nos lanzamos a soltar perlas por la boca, aún a sabiendas del daño que se puede hacer con ello.

¿O no? A mí no se me ocurre decirle algo así a nadie y conozco a mucha gente que tampoco… Ni de lejos. Bueno sí, una vez fui mala y le dije a una abuela que llevaba al nieto en el cochecito aquello de “señora, que se le va a acostumbrar al carrito y luego no va a querer andar”.Yo pensaba que me mandaría “a la porra”, pero la cara de poema que se le quedó a la señora me dio mucho que pensar. ¿Cuántos comentarios de esos ha tenido que escuchar esa señora sin poder rechistar siquiera? ¿Cuántas veces su autoestima como madre, abuela, se vio minada por un comentario dicho a la ligera pero que le cayó como una piedra?

Lo cierto es que la señora en cuestión acababa de decirme aquello de “si lo llevas tanto en brazos se te va a acostumbrar”. Yo llevaba una respuesta a esta frase lapidaria pensada de hacía mucho y en aquella ocasión la solté. La cara que se le quedó, me dio una pena… Nunca más lo he hecho.

En cuanto una mujer se queda embarazada comienza su martirio de consejos, pruebas médicas, coacciones… Que digo yo, ¿a las que no dan teta y no hacen colecho también las coserán a comentarios? Porque no creo que aquí se libre nadie…

Yo siempre he pensado que esta conducta hacia las madres es un tipo de violencia. No sé qué tipo de violencia, tengo que estudiarlo y necesito vuestra ayuda, vuestros comentarios y reflexiones. Llevo años dándole vueltas a este tema, como víctima que he sido y que soy todavía de vez en cuando (quién no se ha quedado muda ante un comentario ofensivo de este tipo y con los ojos como platos).

Mi amiga me preguntaba que qué tipo de contestación hay que dar cuando te dicen algo así, pero yo creo que el asunto va mucho más allá de qué contestación damos nosotras (si con la contestación además no nos vamos a quedar a gusto como me pasó a mí con la señora aquélla). Pienso que el asunto está en qué le pasa por la cabeza a alguien que dice tamaña burrada y se queda tan a gusto. Y además, no tienes derecho a réplica porque los que se ofenden son ellos.

 Me recuerda cuando de adolescente algún viejo verde te decía alguna guarrería y encima si le contestabas la maleducada eras tú…

Hoy quería traeros esta cuestión. No vengo a explicaros algo, sino a solicitar vuestra ayuda. No es un artículo cerrado, sino que continuará en otro momento con las conclusiones a las que llegue con las reflexiones de todas.

Se aceptan anécdotas, reflexiones… lo que os surja sobre el tema.

 ¡Muchas gracias!

Mónica Álvarez