Parece mentira pero ya ha pasado un año desde que decidí montar un blog para poder compartir con el mundo virtual, mis ideas, descubrimientos, crecimientos personales y experiencias, todo desde el punto de vista de la maternidad.
Desde que me convertí en madre mi vida cambió completamente, creo que ya lo he explicado varias veces, pero yo, que no tenía ningún tipo de conexión con los niños, que me interesaban cero patatero y que no era capaz de entenderlos, me encontré siendo madre, con las hormonas y los instintos desbocados y con un amor hacia ese bebé que no me cabía en el pecho.
Desde entonces, de golpe, mi empatía hacia esas personitas se multiplicó y empecé a interesarme por cualquier persona que tuviera algo que decir con respecto a la crianza. En esa época devoraba libros y libros de crianza, educación infantil, cuidados, lactancia, sueño infantil…
Entonces me di cuenta que algo dento de mi chirriaba…mis creencias inamovibles se tambalearon y empecé a dudar de todo (y ahí sigo…). Ahora tengo muy pocas cosas claras, la única que podría afirmar rotundamente es que no hay una única forma adecuada de hacer las cosas y cada familia debe encontrar la suya.
Sigo devorando libros de crianza infantil, pero ahora ya me compro directamente los que me gustan 🙂
En este espacio he pasado muchos ratos, tantos como para escribir 60 post (con éste, son 61) y la verdad es que espero que haya alguna mamá a la que haya servido algo de lo que haya podido leer aquí, o por lo menos que le haya hecho dudar, remover creencias ancladas o simplemente afirmarse más aún en su desacuerdo.
En este tiempo me han visitado 4.400 veces y han consultado 15.850 artículos, así que, quiero pensar que ha servido para alguien además de para mi.
Llevo un año nadando contracorriente y creo que no me ha ido tan mal como pensaba…
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