El otro día, mi admirada mamá sin complejos publicó un post maravilloso donde hablaba de las cosas que pensamos que no haremos antes de ser madre y que después acabamos haciendo porque la realidad de la maternidad nos golpea en la cara tan fuerte que nos pone en nuestro sitio. Lo que viene siendo un “Zas en toda la boca” si eres seguidor de Big Band Theory.
Ese artículo me hizo pensar mucho porque la verdad es que yo he cambiado tanto mi forma de pensar al convertirme en madre, pero tanto, tanto que estoy irreconocible.
Así que hoy voy a desnudar un poco mi alma y os voy a enseñar cómo era la Pilar pre-madre y las cosas que dijo que nunca haría con sus hijos y acabó haciendo:
Dormir con mis hijas
Yo creo que no hay nadie que pudiera ser más estricta de lo que yo lo era. Siempre había creído que los bebés tenían que dormir solos en su cuna y en su habitación desde el primer día.
Eso era lo que había visto en mi familia y me parecía lo correcto. Me creía todas esas cosas que dicen que los bebés tienen que ser independientes desde el principio porque si les dejas se convierten en unos tiranos, que deben aprender a dormir solos para madurar, bla, bla…
No sólo eso, era tan arrogante que pensaba que los padres que decían que dormían con sus hijos por cansancio o para dormir más, eran muy cómodos porque si hay que levantarse 18 veces en la noche, pues te levantas pero el bebé tiene que dormir en su habitación.
La primera noche en casa después del parto recibí mi primer “Zas en toda la boca” y acabé durmiendo en la misma cama de mi hija, después de intentar que durmiera sola durante unas ¿7 horas?.
Luego acabé cediendo poco a poco a la evidencia, empecé a informarme y me di cuenta de que ¡el colecho no es el demonio! todo lo contrario…es una práctica utilizada por el 80% de las personas del planeta, ayuda a que todos durmamos mejor y puede salvar muchas lactancias.
Y las profecías de “si lo metes en tu cama nunca lo sacarás” “hasta que no vaya a la mili seguirá durmiendo contigo” realmente son mentira…lo prometo.
No obligar a compartir los juguetes
Si, si…yo era de las que decía esa frase hecha: “hay que compartir” y las madres que no obligaban a sus hijos a compartir me parecían demasiado blandas. Pensaba que estaban dejando a sus hijos salirse con la suya y que eso les costaría caro.
Después, una vez me puse en el lugar de mi hija mayor en el momento de compartir los juguetes en el parque me di cuenta de varias cosas:
– sus juguetes son muy importantes para ella (tanto como para mi lo es mi coche o mi bolso)
– nadie debería estar obligado a compartir nada con un desconocido si no lo desea
– si yo no comparto mis cosas no debería pedirle a ella que lo hiciera
Así que de nuevo cambié mi manera de pensar y de actuar y en mi casa no es obligatorio compartir, aunque mis hijas sí conocen los beneficios de ser generosos y prestar sus juguetes a los amigos:
- los demás también les prestan sus cosas
- jugando juntos se divierten más
- hacen felices a sus amigos
Hacerles caso en una rabieta
Según había leído en las revistas para bebés y había escuchado a alguna amiga mía, cuando un niño tenía una rabieta lo que había que hacer era ignorarle o castigarle. Así que pensaba que estaban en lo cierto.
La verdad es que esta forma tan conductista de actuar no me gustaba especialmente, pero pensaba que “así se tenían que hacer las cosas”.
Lo cierto es que cuando las rabietas de mi hija mayor aparecieron, yo ya no era la misma de antes y ya había “cambiado de bando” en varias cosas así que empecé a ver las rabietas con otros ojos.
Dejé de verlas como una provocación y un comportamiento de niño malcriado y empecé a verlas como lo que son: una reacción exagerada frente a una frustración porque todavía están aprendiendo a gestionar sus emociones.
Darles de comer mientras juegan
Yo también pensaba que todos debían comer siempre sentado en la mesa sin levantarse hasta que los demás hubieran terminado, aunque fueran bebés, aunque fuera la merienda, porque la educación en la mesa es muy importante.
La suerte quiso que mi hija mayor fuera un puro nervio que no podía estar sentada ni cinco minutos. Ni siquiera jugando permanecía sentada mucho rato.
Y además, por si esto os parece poco, ella comía mucho menos que los demás niños. Estaba sana y fuerte, pero necesitaba comer menos cantidad, lo que a veces nos agobiaba a todos porque ya sabéis que las madres siempre consideramos que nuestros hijos comen poco jeje
Así que decidí relajarme y enfocarme en lo importante: comer. De la educación en la mesa ya nos ocuparíamos más adelante.
Así que lo confieso aquí y ahora “yo soy de esas madres que han dado la comida a sus hijas mientras ellas juegan a la pelota” y peor aún…”yo soy de esas madres que persiguen a sus hijas en el parque con el bocadillo en la mano” ja ja
Dicho esto, no creo que me haya ido mal, porque con el paso del tiempo hemos conseguido las dos cosas, comer y permanecer sentados por educación.
llevarla 24h en brazos, cogerla cuando llora, darle un postre entero aunque solo se haya comido 2 cucharadas de comida, dejarle escoger lo que quiera comer y la cantidad que quiera comer y cuando ella lo quiera comer, ver la tele con la nariz pegada a la pantalla, dejar todos los juguetes esparcidos…creo que un montón de cosas, pero basicamente y resumiendo, RESPETAR SUS NECESIDADES
jaja Mariona…tu lista es más larga que la mia! bueno…en realidad no 😛
Un besazo!
CULPABLE!!!!!…..je,je….yo también lo confieso….
jajaja todas caemos!
Un beso
Comparto la mayoría de grandes "pecados", que he ido cometiendo a lo largo y ancho de mi maternidad, que también ha sido un camino evolutivo que me ha ido transformando el alguien muy distinto… excepto lo de perseguir con el bocata, jejeje! Ellos se los llevan a jugar y me lo devuelven cuando se cansan (y a veces lo recuperan un rato después) o directamente me lo quedo yo y ellos vienen y van… Lo de compartir es ya una frase hecha que me chirría en los oídos cada vez que la escucho… Gracias por compartir tu experiencia!
Gracias a ti por comentar!
Yo si les persigo con la merienda…y me da rabia eh?? pero lo hago jaja
Como tú bien dices, hacemos cosas que no pensábamos porque nosotras hemos cambiado, de hecho, yo no me parezco en nada a la madre que creía que iba a ser 🙂
Un abrazo!
Hola Pilar!! Cuanta razón!! Supongo que desde fuera todo se ve más fácil, y esto de la maternidad, no es sencillo precisamente, sí enriquecedor y duro a la vez.
En mi caso, siempre dije que dar el pecho es algo muy íntimo entre el bebé y la madre, pero la realidad es muy distinta, saco la teti en donde nos pille!! Jajajaja
Yo fui niña de guardería, y los 2 años que estuve lloré todos los días, lo recuerdo como algo muy traumático, me prometí a mí misma que mis hijos nunca irían a un sitio así…. sin embargo, ahora que tiene 14 meses tuve que meterla en la guarde… pero claro, no tiene nada que ver, sus profes son alegres y comprensivas…. aunque la adaptación la estamos pasando las dos.
Besos mamis!!!
Hola Ana!
es verdad..no tiene nada que ver verlo desde fuera que cuando te toca a ti ser madre y enfrentarte a todo…
Y lo del pecho, creo que somos muchas que nos ha pasado lo mismo! jajaja
Con la guarde…mucha paciencia guapa! un abrazo fuerte!
Gracias por comentar
¡Hola preciosa!
Gracias por compartir tu experiencia… ¿Te digo algo? Creo que ese dicho… Lo inventó una madre… Jijijijiji
¡Un besote fuerte!
jajaja muy bueno guapa!! estoy segura de ello!!! XD
Un abrazo!
Jajajjaja, las suscribo todas y cada una!
jajaja al final caemos todas 😛
Un abrazo!
Aparte de dormir con ellas,perseguirlas con la comidas,dejarla que pinten garabatos de flores en las paredes y que se pongan de harina hasta las cejas haciendo su bizcocho preferido,nunca pensé que a los dos años y medio seguiría dando el pecho a mi hija mayor y más aún que daría el pecho en tándem.
Quién me iba a decir a mi que iba a dar de mamar a mis dos hijas juntas,cuando antes de ser madre me planteaba incluso dar el pecho!!!
Mejor no decir nunca de este agua no bebere jaja
Besitos
Hola!
si..es mucho mejor no decir de esta agua no beberé…sobretodo en temas de maternidad…bueno, en realidad en todos!! yo decía que nunca me casaría y me casé con bodorrio jajaja
Un abrazo!!
Jajajaja me estoy leyendo jeje, me identifique contigo y con Mariona, yo dije mil y un cosas que no haría y heme aquí haciendo exactamente lo contrario, y es que mucho tiene que ver la educación en casa, en mi familia las cosas se hacen del modo que pensaba, pese a que no me agradaba mucho creía que era lo correcto, decía: no dormirá conmigo, tendrá horario estricto de comida, usará biberon, no me sacaré la teta delante de todos solo porque él no quiera que lo tape, tendrá premios y castigos, no correré en cuanto llore, no estará todo el día en brazos, le pegaré en la manita si me golpea o me hala del cabello…(sólo de leerme me doy miedo o.O…XD) y creo que la lista continuará porque a cada etapa le tenía su estrategia jajaja
jeje si Reyvi,
la lista en realidad es enorme…y va cambiando según la edad del niño.
¡Menos mal que hemos abierto los ojos! 😛
Un abrazo enorme!!
Hola, comparto muchas de las cosas que comentáis. Con el colecho, por ejemplo, no cambié de opinión porque de pequeñas, a veces, dormíamos con mi madre o mi abuela y no tuve problemas en tomar esa decisión que tanto bien nos iba a hacer a las dos. Lo que sí que fue un cambio radical para mí fue la lactancia, pensar que duraba lo que las bajas maternales y todos los días de vacaciones que pudieras acumular. Estuve 15 meses sacándome la leche en el trabajo y llevamos 3 años de lactancia. Un abrazo a todas!!
Guau Carmen! felicidades por esa lactancia tan fantástica!
Si…lo de la teta es algo que también pasa mucho jeje no sabemos cuánto puede durar y pensamos que debe ser lo que dura la baja…
Un abrazo y gracias por comentar!
Además de casi todo lo que han comentado ya (y me declaro igual de culpable) yo pensaba que, pese a la maternidad, nunca iba a renunciar al estilo de vida que acostumbraba llevar (salir de noche, irme de gira pues soy bailarina, comprarme tontera y media, etc.).
Ahora con dos bebés y un adolescente invierto la mayoría de mi tiempo y mi dinero en mis hijos Y ME HACE MUY FELIZ.
Aunque sí salgo de noche ¡a recoger al adolescente de alguna fiesta!
jajja, que cierto es esto. Yo también era muy rígida con dormir con mi hija y de a poco la dejé dormir conmigo y fue lo mejor. Ahora ella con 3 años duerme en su pieza y como a las 5 AM se pasa a la nuestra y dormimos los 3 juntos, nada mejor que despertar abrazad por tu hija.
Totalmente de acuerdo con tu lista, yo también añadiría que he aprendido a no juzgar a ninguna mamá/papá, cuándo no tienes hijos es muy fácil opinar, pero cuando tienes a tu bebé se te olvida todo y lo único en que piensas en satisfacer sus necesidades, y no las que marcan los adultos que te rodean.
A mí también me dijeron que si dormía conmigo nunca saldría de nuestra cama, y con el tiempo se ha visto que no…
Muchas gracias por el post, me hace saber que somos muchas las que hemos cambiado de bando.
Me ha encantado Pilar! Todo el mundo te dice lo que te cambia la vida cuando tienes un hijo. Claro que cambia como es lógico. Lo que nadie te explica es lo que cambias tu, que te conecta con partes de ti que no sabías que tenías. Tenemos tanto que agradecerles a nuestros hijos!
Muy buen artículo, me reí mucho con lo que correr detrás de ellos con la comida jajajaja. Yo también siempre dije que a la hora de comer siempre, pasara lo que pasara, siempre lo haríamos en la mesa, por aquellos de los buenos hábitos y de aprovechar la hora de la comida para compartir y charlar sobre el día a día de cada uno. Pero que carrizo le va a importar a una niña de 5 años saber como le fue a mamá y a papá en el día de trabajo. Total que la niña cena sentadita frente a la computadora viendo sus comiquitas favoritas, mientras papá y mamá comen y conversan tranquilamente en la mesa. Tiene sus beneficios, el primero la niña se come toda su comida tranquilamente, es feliz haciendolo, si la obligamos a quedarse en la mesa no se come toda la comida porque está apurada para ver comiquitas. El segundo beneficio, papá y mamá hablan tranquilamente. Como tu dices ya habrá tiempo para que aprenda los buenos hábitos. Disculpen lo largo y saludos.
He hecho las mismas 4 cosas y alguna que otra más 🙂 De hecho a la número1 de la lista aún no le he puesto remedio, 22 meses después jeje