Hace un par de semanas, mi querida Sara de Mamis y Bebés, publicó un post muy divertido (que te animo a leer YA) en el que analizaba a quién se parecen sus hijas una vez que ya han crecido y se ha superado la locura inicial de ver a quién se parecen mientras son bebés.
Así que hoy me copio totalmente rescato su idea y voy a ver a quién se parecen mis hijas 😉
Mientras fueron bebés mis dos hijas se parecieron a su padre (y entre ellas) para alegría de mi marido y su familia. En nuestro caso se cumplió a rajatabla eso que se dice que la naturaleza hace para que el padre no rechace a sus crías así que no había discusión ninguna.
Conforme han ido creciendo han ido cambiando, tanto físicamente como en su manera de ser y ahora, que ya tienen casi 10 y cinco años, creo que podemos analizar mucho mejor a quién se parece cada una de mis niñas.
El cerebro racional
Mi hija mayor NECESITA entenderlo todo. Hasta que no descubrió quiénes eran los Reyes Magos y cómo era posible que les diera tiempo a visitar todas las casas en una noche no paró. Y lo mismo con el ratoncito Pérez, las hadas y cualquier fantasía que pretendíamos contarle. En eso se parece a su padre y a su tío (mi hermano), porque aunque yo soy bastante racional también, soy capaz de vivir sin entender las cosas. Ella no.
Mi hija pequeña sabe que algo no cuadra, pero no le importa, porque prefiere no saber y pensar que hay unos seres mágicos que cruzan la tierra a la velocidad del rayo para hacer felices a los niños. En esto se parece a mi, que incluso después de saber la verdad, me imaginaba que no la sabía para tener más ilusión.
El oído selectivo
Mi marido dice que mi hija pequeña tiene un oído pequeñito dentro del oído normal que hace criba y decide si escucha o no lo que le decimos. A veces pienso que tiene razón porque es impresionante la sordera selectiva que tiene mi hija y en eso, es igualita a su padre.
Una escena normal en mi casa:
- Alejandra ¿qué te apetece cenar?
- cri, cri, cri
- ¿Quieres huevos fritos con patatas o tortilla francesa?
- cri, cri, cri
- ¡Alejandra! ¿no me escuchas?
- cri, cri, cri
Sin embargo mi hija Pilar me escucha a la primera y suele atenderme en seguida. En eso es igualita a mi, que suelo estar pendiente de lo que me dicen.
Ser sociable por naturaleza
Yo soy bastante sociable: saludo, hablo, sonrío, intento relacionarme con el resto de personas y no resultar incómoda. En eso mi hija Pilar es como yo y la verdad es que es muy fácil llevarla a los sitios porque sabes que va a ser un encanto de niña.
No puedo decir lo mismo de Alejandra que pasa olímpicamente de quedar bien y ser sociable (igualita a su padre). Es una niña muy cariñosa y amable si le gustas, pero si no le caes bien olvídate de que te diga nada porque ni siquiera te va a hablar. Un poco radical mi niña, aunque muy sincera.
Flexibilidad al poder
Aquí sí que puedo decir que mi hija Alejandra es igual que yo, porque es todo lo flexible que se puede ser (y sin practicar nada porque no qiuere apuntarse a gimnasia). Nos deja alucinados cuando nos enseña cómo se abre de piernas de frente y sin calentar.
Cuando la veo, me acuerdo de mis años haciendo gimnasia rítmica y me da algo de nostalgia.
Cantando bajo la lluvia
En esto mis hijas han salido a mi. Les chifla cantar y lo hacen realmente bien (si me has leído en mujeres y Madres Magazine, sabrás que durante un tiempo le saqué bastante rentabilidad a esto de cantar bien).
Mi marido, aunque tiene muy buen oído musical, es mucho mejor tocando instrumentos que cantando. Así que, en mi casa, la voz cantante la llevamos las chicas (nunca mejor dicho jeje).
Fuertes y luchadoras
En este caso, son las dos iguales y reconozco que me encanta que sean así.
Son fuertes, luchan por lo que quieren, no se conforman, no acatan órdenes porque sí, saben lo que quieren y también saben lo que NO quieren y tienen carácter. En eso se parecen mucho a mi marido que siempre ha tenido muy claro lo que quiere y lo que no.
Yo he cambiado bastante con la edad, pero reconozco que era mucho más conformista y obediente que él.
Que mis hijas sean así hace que la crianza sea más agotadora porque hay que razonarlo todo hasta el infinito y más allá, pero igualmente estoy orgullosa de ellas y las admiro mucho por ser tan peleonas.
En cualquier caso, mis hijas son únicas, maravillosas y me considero muy afortunada de ser su madre.
¡¡Muy buena entrada, Pilar!! Es cierto que de recién nacidos y pasados unos meses, se parecen al padre, y tengo que confesar que me fastidiaba bastante!! desde el lado del humor, porque nosotras lo llevamos dentro, pasamos todo lo que pasamos hasta que nacen y el postparto, para que se parezca al padre!! como digo yo, el próximo lo tenga el padre para que se parezca a mi jejejee Daniel tiene ya 3 años y yo le veo un clon mío de pequeño, pero hay de todo: hay quien dice que se parece a su padre y hay quien dice que a mi, así que a los que dicen que a su padre, les mandaré graduar la vista jejeje ahora ya en serio, siempre le digo que a quien se parece es a él, tiene cosas de los dos, pero a quién se tiene que parecer es a él mismo 🙂 Dejare que pase algún año más y haré una entrada parecida 🙂
jeje esperaré para leerla!! 😉
Te prometo que a mi no me afectaba nada que se parecieran a su padre cuando eran bebés. De hecho, me encantaba y me hacia mucha gracia lo orgullosos que estaban los de su “lado” por ese tema, porque yo ya sabía que los niños pueden cambiar y mucho conforme crecen jeje
Aún estamos en la época de q se parecen a supadre. Pero la beba tiene carácter parecido a mi. Movida, bailona… Veremos como son en unos años.
Tus hijas preciosas las dos.
¡Qué guay! así podéis salir a bailar juntas jeje
Hola!
Pues mi enana es algo pequeña para saber si se parece más al padre o a la madre. Pero hay cosas que con un año puedo decir claro.
De imagen y semejanza es como su madre. Desde el día que nació. Hasta mi padre enseñó una foto mía diciendo: Mira como se parecen!! Son clones! Ahora también lo hace. Porque sigue diciendo que la peque es igualita a mi. Incluso el ginecólogo que la trajo al mundo, la vio hace una semana y nos dijo a mi madre y a mi que nuestra familia es la del gen dominante, pues somos las 3 iguales y yo pensé… pues pq no ha visto usted a mi abuela!!! XD
Pero en el carácter ya es otro cantar. Es una bailarina nata. Es oír música y ella salta y baila lo que puede. Pero es que a sus papis les encanta bailar!!!! 🙂
Pero es cabezota. Muy cabezota y solo tiene un año. En eso es igualita a su padre. Yo siempre se lo digo a mi marido. No se parece a ti en lo físico (le falta un trocito de oreja, como a él) pero es igual de cabezota.
Además es una niña muy movida. No para quieta y menos desde que gatea. Mis padres siempre dicen que eso lo ha debido sacar de mi marido, porque yo era de esas paraditas. Que con un juguete me pasaba la tarde jugando.
Saludos!
Es genial que sea cabezota…es agotador para ti pero mucho mejor para ella jaja
Conseguirá lo que quiera en la vida y eso es maravilloso 😉
Mara es un clon de su papá por fuera pero idéntica a mi por dentro 🙂
Genial porque tiene de los dos 😉